Vida y ejecución de María Antonieta

Nació en Viena, el 2 de noviembre de 1755, siendo su nombre completo María Antonia Josefa Juana. Era la décimoquinta hija de un total de dieciseis, del emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, Francisco I, y de María Teresa, reina de Hungría y Bohemia y archiduquesa de Austria. Desde temprana edad destacó por su gran belleza, poseía unos profundos ojos azules en un rostro armónico que producía gran admiración. Siguiendo la costumbre de la época, fue entregada a una nodriza, aunque recibía grandes atenciones y tiempo de su padre, su madre la Emperatriz era mucho más fría y distante. La niña era inteligente, aunque algo distraída y no le gustaba estudiar. A los trece años, María Antonieta no sabía escribir correctamente ni alemán ni francés, y no poseía conocimientos de cultura general. Con tan solo catorce años, contrajo matrimonio con el futuro Luis XVI , aspirante al trono de Francia. Nunca estuvo enamorada de él. Su matrimonio incluyó muchos escándalos , la reina se escapaba por las noches, en busca de diversiones, era una mujer frívola y de gustos caros y despilfarradora. Su pequeña corte de favoritos estaba integrada por la princesa de Lamballe, la condesa de Polignac, el barón de Besenval y el duque de Coigny. Su primera hija, María Teresa, nació en 1778, y su primer hijo varón, Luis José, en 1781. Vuelve a convertirse en madre en 1785, cuando llegó al mundo Luis Carlos, futuro Luis XVI. Cariñosa y amable, sintió el amor maternal, pero no por eso abandonó su vida de diversiones. Con “el escándalo del collar”, creció la desconfianza del pueblo hacia ella. Ante las masas hambrientas que llegaban a las puertas de Versalles en busca de algo de comida la reina exclamaba¨Que coman pasteles¨ algo que producía un gran enfado en el pueblo. Todo esto contribuía a que la gente odiara cada día más a la reina. Además, los despilfarros seguían. En 1787 nace su última hija, Sofía Beatriz, pero muere al año de vida debido a la tuberculosis.
En los Estados Generales de mayo de 1789, hubo una gran crítica hacia los lujos de la reina. Después del estallido de la Revolución, intentó huir junto a su esposo pero fueron detenidos en Varennes, y recluidos en la prisión del Temple, donde falleció su hijo, Luis XVII, de diez años. El 14 de agosto de 1793, María Antonieta es puesta a disposición judicial ante el Tribunal revolucionario, es acusada de mantener contactos con las potencias extranjeras. Ella lo niega pero el presidente del Tribunal la acusa de alta traición. Al mediodía del día siguiente María Antonieta es guillotinada. Fue enterrada en el cementerio de la Madeleine, con la cabeza entre las piernas.

Antía García Diéguez